martes, 21 de octubre de 2014

Druso, Tiberio y la Catástrofe de Varo (parte I)

Augusto. Museo Vaticano.
 Foto:Till Niermann



A lo largo de los tiempos, a través del devenir histórico, se puede observar como sucesos aparentemente triviales, algunas veces debidos al azar, han tenido resultados notables en el curso de la vida humana. De ese modo, una alianza o un conflicto familiar, un divorcio o una temprana viudez, un mensaje que no llegó a tiempo, una muerte accidental. Traiciones, premoniciones, golpes fallidos, ¡hasta la rotura de un florero!, han llegado a ser el factor desencadenante de hechos de gran importancia y secuelas innegables.

Los dominios romanos en tiempos de Augusto (27 A.C.-14 D.C.)



Puente de César sobre el Rin, por John Seoane, 1814


Hacia el año 2o A.C. la expansión romana era incontenible. Desde hacía tiempo que podían darle al Mar Mediterráneo el nombre de Mare Nostrum. Sin embargo, para esa época tenían casi un siglo de conflictos y roces con las aguerridas tribus bárbaras, a las cuales ellos le dieron el nombre general de "germani" (germanos). Ellos vivían en los territorios situados muy al norte de Roma y al este de La Galia. Tenían por frontera al Rin. Este río, crea una división natural este-oeste en esas tierras, por supuesto, dicha frontera podía ser fácilmente cruzada, en un sentido o en otro, por ambos bandos.


Guerreros germanos

Bajo el gobierno de Augusto (en la práctica el primer emperador romano), también se logró el control de los territorios al sur del río Danubio. Pero la situación tendía a complicarse, debido a que los belicosos germanos recelaban el continuo avance romano. En consecuencia, no solo se encontraban permanentemente en pie de lucha, sino que además tenían la intención de invadir los territorios de La Galia, por variados motivos.

                                                              
Moneda conmemorativa de Druso. CNG Group, Inc.


El criterio de los romanos, era que había que atacar e invadir definitivamente la Germania (13 A.C.). Para eso contaban con la participación de dos generales de gran capacidad, quienes además eran hijastros del emperador. Ellos eran, Tiberio (futuro sucesor de Augusto) y su hermano Druso (el mayor). A este último se le asignó la defensa del límite del Rin. Pero luego de innumerables escaramuzas, terminó invadiendo las tierras al este del río. Enfrentando grandes dificultades, por los cambios estacionales y en constante riesgo de ser aniquilado, permaneció tres años tratando de imponer el dominio romano en esas tierras. En el año 9 A.C. logró llegar victorioso hasta otro río demarcador de fronteras: el Elba. Se había internado nada menos que a 400 km al este del Rin.


Soldados romanos


Según todo parecía indicar, los romanos lograrían la conquista de Germania, con la consiguiente implantación de su cultura sobre sus habitantes, quienes terminarían serían siendo romanizados. No resulta fácil imaginar el curso de la historia, si esto hubiese sido así. Dejando volar la imaginación: tal vez nunca hubiesen ocurrido algunos de los grandes conflictos bélicos internacionales, incluidas las dos grandes guerras del Siglo XX. Lo cierto es que Druso perdió la vida a los treinta y un años de edad, a raíz de un accidente mientras cabalgaba. Su capacidad y su carisma lo hacían difícil de sustituir. 


Tiberio. Museo del Louvre


Augusto todavía contaba con Tiberio, quien se encontraba defendiendo la frontera del Danubio. Este acudió y mantuvo el control de los territorios conquistados por su hermano. De nuevo los hechos parecían indicar que esas tierras estaban destinadas a convertirse en otra provincia romana. Pero de nuevo, ocurriría algo inusitado. El jefe de los ejércitos, el gran general Tiberio, al terminar esa campaña, solicitó un permiso para abandonar el mando, e irse a vivir en la lejana isla de Rodas. ¿Cuales podrían haber sido sus razones?



Supuesta imagen de Julia, la mayor

Por increíble que pueda parecer, la causa de su renuncia como comandante de las fuerzas romanas destacadas en Germania y de su autoexilio, habían sido ciertos problemas emocionales. Tal vez, se trataba de lo que hoy conocemos como depresión. Tiberio había sido obligado por el emperador a divorciarse de su mujer, a quien amaba sinceramente. Luego tuvo que casarse con Julia, hija del mismo Augusto. Ella era una mujer conocida por su inmoralidad. Todo esto pareció ser demasiado para un hombre como Tiberio, de clara tendencia moralista. Las intrigas palaciegas, resultaron ser decisivas en esta situación. 


El Foro Romano


Para bien o para mal, Germania quedó en manos de gente con mucho menos capacidad que los mencionados Druso y Tiberio. De tal manera, un accidente y un matrimonio forzado, habían desencadenado hechos de enorme importancia. Al no llevarse a buen término la conquista y colonización de esos territorios, permanecería vivo el germen de la futura destrucción del imperio romano y de su transformación en otra entidad, como terminó ocurriendo. No hay duda de que el mundo hoy sería distinto, de haber tomado estos sucesos por otro camino. 

En el año 7 D.C. Augusto consideró que era tiempo de oficializar el dominio de Roma sobre la Provincia de Germania. Para ello nombró como gobernador a Varo (Publio Quintilio), quien había sido cónsul y también fue gobernador en Siria. Podría pensarse que era un hombre muy experimentado y capaz. Sin embargo, sobre él había fuertes sospechas de corrupción. Sus excesos al ejercer el mando de los pueblos germanos resultaron contraproducentes. En lugar de avanzar y lograr la romanización de ellos, lo que hizo fue encender y estimular a un pueblo, que llevaba la rebeldía a flor de piel.


Arminio luchando contra los romanos

Regresaremos a esta época en nuestros viajes virtuales, para poder contemplar hechos tan influyentes en la historia, y de algún modo ser testigos del origen de unas naciones, en principio consideradas como bárbaras, pero a las cuales el destino las había escogido como cimas de la civilización moderna.

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