martes, 29 de enero de 2013

Comienza nuestro viaje


Time Machine
Foto cortesía de:

~dkart71

Recuerdo que hace muchos años, siendo un niño, me imaginaba como sería el mundo y la vida en el año dos mil: mi mente enseguida se ponía en acción y se lanzaba a todo un torrente de imágenes futuristas, carros voladores, máquinas tele-transportadoras, máquinas de salud (tipo Fuente de la Eterna Juventud) en las cuales se entraba enfermo y/o  viejo por un lado y se salía fuerte y rozagante por el otro. Bueno, los hechos posteriores me han demostrado que nada de eso es imposible, el desarrollo científico- tecnológico, electrónico e informático nos ha demostrado  la realidad de que no hay casi nada imposible (hasta muchas veces jugamos con el peligro de ser como Dios, no entro en la discusión de su existencia).


Por supuesto, enseguida se puede pensar que uno exagera al ser tan optimista, al creer en que tanta tecnología (tampoco quiero entrar en ese tipo de discusiones) puede llevar a resultados tan asombrosos que pudieran llamarse milagros, o imposibles sin más ni más, pero no hay más que ponerse en la mente de la gente de generaciones pasadas,  y no hay que ir tan lejos en el tiempo, a comienzos del siglo veinte podría ser suficiente, e imaginar que podrían haber pensado de las comunicaciones tipo internet de hoy en día. De los viajes espaciales, todavía era un ejercicio de imaginación demasiado grande, sólo Ciencia-Ficción. No digamos los adelantos en Medicina, con esos equipos modernos que “escanean” un cuerpo humano o parte de él para detectar cualquier mal o daño, en Física ya llegamos hasta a la “Partícula de Dios”.


Si nos vamos más atrás en el tiempo, hasta podía ser motivo de pena  de muerte por  acusación de brujería y satanismo, el tener una imaginación tan loablemente futurista. Como consecuencia, en cuantas épocas de la historia se habrá tenido el triste resultado de que una persona veía el mundo igual, o muy parecido, desde su nacimiento  hasta su muerte. Les aseguro que las generaciones humanas  nacidas en el siglo veinte han sido las más “afortunadas” en cuanto a ver cambios progresistas a lo largo de su existencia  (tampoco quiero discutir acerca de lo negativo, como cambio climático, contaminación ambiental, etc).


Ahora, de todos los artefactos imaginados por muchos y también por mí en mis años infantiles y también juveniles, sigue existiendo uno que me mantiene a la expectativa, con cierto pesimismo en su realización, a pesar de que nuestros amigos los Físicos han tenido algunos logros trabajando con partículas. Ese aparato es “La Máquina del Tiempo”, fuente de tanto material de Ciencia-Ficción (por tanto, hasta que no se demuestre lo contrario, si alguien lo imaginó: es posible). El viajar al pasado, y hasta al futuro sigue siendo un reto muy grande, el develar tantos secretos y misterios, hasta mentiras históricas, revisar el origen de muchas leyendas  y tradiciones, quizás hasta el origen del Universo y de la Vida, me resulta algo demasiado interesante. Por ahora, hay que conformarse con esa imposibilidad y con seguir teniendo a la mano lo escrito por historiadores, por costumbristas y hasta por poetas, para hacerse una idea de la vida en el pasado y por escritores de Ciencia-Ficción para fisgonear un poco en el mundo del futuro.


Mi nombre es Daniel Delgado Pereira, de Venezuela, siempre he tenido la inquietud por la Historia, pero de un modo crítico, siempre cuestionando lo que se narra, que no se convierta la Historia en una simple relación de  hechos y personajes. También me encantan  la Mitología y las leyendas históricas y tratar de hilvanar un poco de “Historia” con ellas.  Invito a quienes tengan este tipo de inquietud a participar, hacer sus aportes,  y hasta a discutir constructivamente en los temas que resulten polémicos.  De más está decir, que aunque mi nacionalidad es venezolana, son bienvenidos los temas de todos los países, el compartir sobre estas cosas nos resultará muy interesante y de aprendizaje general.  


Sean bienvenidos a nuestra Máquina del Tiempo Virtual, espero que resulte provechosa y hasta de distracción para la tripulación, todos los temas históricos, mitológicos y otros tipos de leyendas y tradiciones, serán recibidos con mucho agrado, sólo me gustaría que no se insultara ni denigrara de nadie, vamos a ser objetivos y a disfrutar esta actividad.

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